____(tn)
Sin saber muy bien como, los días fueron pasando. No eran tan pesados como otras veces, ni tan ligeros como cuando había algo relacionado con el baile en mi mente.
Por fin era el día en que volvería a ver a Christian y eso me hacía más ilusión de la que debería, mucha más.
Esa mañana me desperté más temprano de lo común para ser mi único día libre. Era una ocasión especial, me vestí con la ropa más cara que encontré en mi armario. Con todo, quería causar buena impresión en sus amigos, de los cuales me había estado hablando los últimos días.
Al poco estuve lista, y cuando terminé de prepararle el desayuno a mi padre, salí de casa soltando un ligero suspiro. Hacía meses que no llevaba algo parecido, ni si quiera recuerdo la última vez que llevé falda.
Justo antes de salir me había colocado delante del espejo llevandome una agradable sorpresa, la falda todavía era de mi talla.
- ¡__(tn)! Al fin llegas.- Me saludó una voz familiar.-pero ha merecido la pena, estas guapísima.
Terminó susurrando.
- Gracias Chris.
Sus amigos no habían movido ni un dedo todavía y eso me ponía nerviosa, así que decidí que tendría que hacer yo misma las presentaciones:
- Hola chicos, yo soy ___(tn) y vosotros debéis de ser Cait, Chaz, Ryan y Justin, ¿No?
Todos asintieron levemente hasta que unos brazos insistentes me cogieron, tardé en reaccionar al extraño abrazo de Caitlin pero cuando lo hice, ella sonrió de manera enternecedora.
-¡Al fin una chica en el grupo! ¿Dondé has estado toda mi vida?
- Supongo que el destino sólo quiso que nos cruzaramos ahora.- respondí- ¿Vamos llendo al McDonalds?
De inmediato todos se pusieron en marcha, gritando y propagando así su sentimiento de hambre en mi. La mano de Chris rozaba la mía con frecuencia, ya que caminabamos al lado, pero en ningún momento hizó el amago de ir a cogermela.
- Vale, __(tn) y yo vamos a comprar la comida y mientras vosotros cogéis mesa, ¿Si?-Dijo Chris, buscando la afirmación de todos.
Encontrandola rápidamente y sin discusión me dirigí a la cola con Chris y esperamos nuestro turno. En cuanto nuestras manos volvieron a rozarse se juntaron, y entrelazamos los dedos mientras nos mirabamos a los ojos.
-¿Qué desean tomar?- la magia se esmufó tan rápido como vino, y no me dió tiempo a probarla.
Tras pedir todo y llevarlo a la mesa nos dimos cuenta de que faltaba un asiento, pero un chico, con un pelo moreno arrubiado y los ojos miel más íncreíbles del mundo dijo:
-Da igual, siéntate en mi sitio, yo esperaré a que se libere otra.
- Tonterías, mira- le dije mientras me sentaba encima- así los dos estamos sentados ¿Peso demasiado?Porque si te molesta me levanto.
- Ehmm.. no, no. Así está bien, no estás nada gorda flacucha. Justin, encantado.- dijo tendiendome su mano.
- ___(tn), ya nos conocemos.
- ¿De dondé os conocéis vosotros dos?.- dijo un chico rubio al que identifiqué como Ryan.
CONTINUARÁ...
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